Vegetación
El recorrido de esta ruta se realiza prácticamente en su totalidad entre pinares de pino silvestre. Esta conífera no forma un bosque homogéneo en todo el valle; las diferentes condiciones de altitud, exposición, nieve y vientos dominantes condicionan su porte.Este fenómeno queda patente a lo largo de la ruta, de modo que los altos y esbeltos ejemplares que se encuentran en el Camino Viejo de Segovia, se tornan achaparradosos, robustos y ramosos al alcanzar el Collado de Marichiva, donde algunos adquieren un característico porte en bandera a favor del viento.
A partir de aquí, una pista forestal recorre la vertiente occidental del valle siempre por cotas superiores a los 1.700 metros, por lo que el pinar, ya cercano a su límite altitudinal es menos denso. A sus pues un denso matorral compuesto por piorno serrano, jabino y algún cambroño tapiza el terreno, y en las zonas má húmedas es sustituído por el brezo.
De vuelta al fondo del valle, llegando al final de la Vereda de los Poyalejos, sorprende encontrar un grupo de encinas, enebros de la miera, cantuesos y tomillos que crecen entre el pinar a mayor altitud de su área de distribución habitual.
Tras el ascenso, esta ruta alcanza un collado, el de Marichiva. Los collados
son zonas muy utilizadas por la fauna como paso de una vertiente a otra, de
umbría a solana; no es raro encontrar indicios de estos animales, tales como
huellas de corzo*, hozadas de
jabalí* o excrementos de zorro.
Fauna
El recorrido de esta ruta entre el pinar permite observar un conjunto de aves
que habitan estos bosques durante todo el año. Conocidos por su abundancia son
los herrerillos capuchinos y los carboneros garrapinos*, pero también se pueden observar
agateadores* y trepadores
azules* atareados en descortezar los
pinos en busca de alimento o escuchar el inconfundible repiqueteo que realiza el
pico picapinos* en las ramas secas
de los pinos.
Símbolos rojos
Master de la web
